Para una composición adecuada de este mural pintado a mano, era necesario una imagen fotográfica que englobara parte de la Gran vía, y parte de la plaza de callao, así el peso de la imagen se reparte de una manera más equitativa. Para ello se hizo necesario tirar la instantánea en medio del paso de cebra y con un objetivo que abriera bastante el campo.
En cuanto a la realización, me gustaba mucho la idea de hacer un cielo más realista, hecho con aerógrafo, y una ciudad pintada a mano, más humana. Para ello utilicé acrílicos y pincel. La perspectiva era bastante complicada, con diferentes puntos de fuga, lo que me obligó a emplearme a fondo, para conseguir un buen encaje donde representar la ciudad con manchas tuviera un sentido completo en la obra. También eliminé los coches en primer plano para que la composición fuera más atractiva y agradable.
Para los colores del mural decorativo decidí emplear marrones pasteles y grises, en su gran mayoría, casaban muy bien entre ellos y aparte el marrón es un buen contrapunto al gris, ya que es el color de la tierra, me gustó mucho el efecto en los cristales del edificio de schweppes, porque interactuaban juntos los dos colores, y ganaba mucho en realismo.
Representar en el mural la plaza de Callao y sobre todo la calle que fuga hasta el final, fue muy complicado, ya que pintar gente, y los distintos elementos que componen la plaza, así como los edificios que se van haciendo cada vez más pequeños y con más detalle, fue duro pero satisfactorio.
Una vez finalizado el mural decorativo apliqué una capa de barniz para que tuviera una duración más prolongada, y sin más, os dejo con el resultado final, espero que disfrutéis tanto del mural, como yo lo hice al pintarlo.